Mercedes-Benz presentó en el salón de Ginebra de 1963 el Pagoda. También conocido como W 113 era un modelo roadster, es decir, un modelo deportivo descapotable que cumplía con los sueños de todo adinerado.
El Mercedes Pagoda era un vehículo pionero en su época, se caracterizaba por ser cómodo, con una seguridad muy elevada, y como no podía ser de otra forma en Mercedes, era un automóvil lujoso. Sus intenciones eran claras, enamorar a todo el mundo.
¿Por qué era apodado “Pagoda”?
Realmente el Mercedes Pagoda era un Mercedes 230 SL pero rápidamente lo apodaron “Pagoda”.
Si buscamos “Pagoda” en el diccionario se describe como: edificio destinado al culto de una comunidad religiosa oriental, especialmente budista, que tiene forma de torre más o menos piramidal constituida por pisos o elementos similares superpuestos y separados por cornisas o tejados en varias vertientes.
El símil entre una pagoda y el Mercedes 230 SL era debido al inconfundible techo duro del cupé descapotable.
De hecho, si comparamos la imagen del templo con la del Mercedes 230 SL se observa claramente que los vértices de la capota rígida hacían un ángulo relativamente marcado hacia arriba que recuerda a los tejados de los templos orientales.
Dicho techo rígido era extraíble y solo requería de la apertura de dos cierres en la parte frontal para sacarlo. Además, tenía la posibilidad de montar una capota de tela que cubría el interior del vehículo en caso de lluvia.
El Pagoda se diferenciaba de los competidores debido a su alto nivel de seguridad
No es nada nuevo que los vehículos de Mercedes-Benz sean extremadamente seguros.
De hecho, sabias que el Mercedes-Benz CLA fue el vehículo más seguro de 59 coches que probó en 2019 la NCAP.
Estar atentos por que en breves hablaremos de ello.
Ya por aquél entonces el Mercedes Pagoda implementaba los mejores avances de la época en cuanto a seguridad pasiva. Su chasis había sido diseñado de tal forma que, en caso de colisión, la estructura interna del habitáculo permanecía indeformable mientras que se habilitaban partes deformables en caso de impacto, tanto en la zona delantera como posterior.
No debemos olvidar que el mismo techo rígido, hecho con materiales resistentes, además de ofrecer confort frente a los posibles ruidos aerodinámicos, era un elemento de seguridad pasiva que podía proteger en caso de vuelco del vehículo y daba rigidez al conjunto.
Estas características junto al hecho de poder descapotarlo o capotarlo según el estado de ánimo del usuario, poder mezclar un vehículo coupé con un vehículo roadster y sus claras y distintivas líneas de diseño no dejó a nadie indiferente e hizo que todas las miradas se centraran en él durante el salón de Ginebra.
Interior cuidado hasta el más mínimo detalle
El interior del Mercedes 230 SL era especialmente luminoso debido a las grandes superficies acristaladas que dejaban entrar la luz exterior.
El habitáculo, por su parte, era muy amplio en comparación a los demás deportivos.
Teniendo en cuenta que en aquella época un deportivo debía ofrecer la posibilidad de no tener que renunciar al espacio; parecía que Mercedes-Benz con su 230 SL había tocado la tecla precisa en el momento oportuno.
Llegada triunfal
El Mercedes-Benz 230 SL que rápidamente se empezó a conocer por el sobrenombre de Pagoda venía para sustituir dos modelos de éxito, el mítico 300 SL apodado alas de gaviota y el más asequible 190 SL.
El Pagoda se comercializó desde 1963 hasta el 1971 con diferentes variantes, el 250 SL y el 280 SL en las que únicamente se cambiaba su motor ya que a nivel estético permaneció casi sin cambios.
Durante este período de ocho años Mercedes-Benz fabricó un total de 48.912 unidades. Unidades que mayoritariamente se entregaron a EEUU teniendo en cuenta que el 77% se pidieron con caja de cambios automática en vez de la manual de 4 velocidades.
También la dirección asistida, encargada en muchos vehículos y que no se incluía de serie en el Mercedes, desvelaba que su mayor parte del público era procedente de EEUU.
El motor
Se trataba del mismo motor que usaba el 220 SE, al que se le subió la cilindrada hasta alcanzar los 150 CV una cifra más que razonable para un vehículo que apenas pesaba 1.300kg.
El Mercedes 230 SL se mantuvo en el mercado hasta que a finales de 1966, momento en que dio paso a la segunda versión del Mercedes Pagoda, el 250 SL, aunque su vida fue muy corta ya que estuvo a la venta tan solo un año. Esto fue debido a que su motor tenía un fallo y acababa consumiendo agua refrigerante que finalmente se mezclaba con el aceite del motor destruyéndolo por completo.
Aún así cabe destacar que este vehículo integró un gran cambio que se mantuvo en la última versión. En él se incluían de serie frenos de disco en el puente trasero lo que garantizaba una mejor frenada y estabilidad del vehículo.
Finalmente la tercerea versión del Pagoda fue desvelada en 1968. El 280 SL terminaba la saga por todo lo alto ofreciendo un aumento de potencia en el motor que ahora alcanzaba hasta 170 CV.
Esta vez sin problemas, el motor hacía que el Pagoda fuese más ágil ya que el motor giraba a menos revoluciones y no era necesario efectuar cambios de marcha de manera tan constante.
Cabe remarcar que la última versión del Pagoda reforzaba su seguridad pasiva. Disponía de columna de dirección retráctil, cinturones de seguridad de tres puntos, autoblocante e incluso de caja de cambios manual de 5 velocidades.
El Pagoda hoy en día
El Mercedes Pagoda sigue siendo hoy en día uno de los vehículos más bellos, elegantes y cotizados por los amantes de Mercedes-Benz.
Por eso, poseer una unidad en buen estado es bastante difícil y costoso. Además, debes tener en cuenta que en España se vendieron menos unidades por lo que su precio es mucho mayor que en otros países como EEUU.
